Ocho de la mañana, suena el teléfono, no tengo clases, hay coloquio de etnografía del terreno de los compañeros de tercero, me piden que vaya a ayudar a hacer un depósito porque le da miedo hacerlo sola, y ahí tomamos desayuno, en el desayuno me entregan un regalo, que tenía un monito de loza y tu primera carta de respuesta, esa carta que tu nunca quisiste escribir, pero que la autoría de tu madre me envía, y su euforia.

Hace tiempo que no lloraba por nada, pero creo que se perdona esta vez que pueda derramar un par de lágrimas de emoción, te estoy esperando, ya sabes que estamos todos súper ansiosos, así que no se te ocurra ser un embarazo sicológico o que no quieras venir a darnos luz, sería demasiado cruel para nuestros corazoncitos el hecho de que no nos vengas a acompañar, ya estamos preparando el mundo para tí, hoy mismo fui a una marcha para manifestar el descontento ciudadano y me hice una herida en la pierna, creo que no importa todo lo que pase antes de que llegues, así que ven pronto a dormir y tantear la realidad.