Tonta loca, que me haces asustar!
El medio susto Isabella, me temblaron los calzoncillos, casi se alejan las posibilidades de que vinieras a iluminar la vida de este primo que va a ser tu tío.
Llamo a tu mamá, porque siempre me cobra sentimientos de que no la llamo, de que no me preocupo de ella. En parte es cierto, mi niña, es cierto que no la veo, que no la llamo, pero no es porque no le quiera, es simplemente, porque no tengo tiempo ni para respirar, ando desorientado por la vida, me aprendo las materias del Preú, pero todavía no tengo claro lo que voy a estudiar, me saco cuatros en el colegio, pero me sé la materia, no sé qué estoy haciendo, hacia dónde estoy caminando, porque simplemente, no quiero tener un destino hacia el que caminar, que no sea contemplar tu redondo rostro, tu cara que será morena, o albina, o pecosa, o celeste...
La llamada parte normal, no le escucho bien, porque mi papá tenía el televisor a todo volumen (ojalá que no saques el gen sordo de mi lado de la familia), luego logro darme cuenta que estaba triste, no le pregunto directo.
-¿Cómo está el Gabriel?
-Se fue... –
-¿Pero cómo se fue?-
-Así no más, nos peleamos y se fue...
Con el corazón en la garganta, yo, triste por todos lados, era lunes, y me habían pasado puras cosas tristes, y encima esta mala noticia, una de las personas que más quiero en el mundo, estaba sufriendo una de las penas más grandes en su vida, ella nunca se había ido a vivir con nadie, nunca había logrado tal estabilidad con ninguna persona, y es quien se ha sacrificado un montón de veces por mí, y ahora estaba destrozada, y yo no podía hacer nada para remediarlo. Me pide que no le diga nada a nadie, y se despide.
Viernes y todo arreglado, aún tensas las relaciones, pero sin mayores problemas, las cosas se habían arreglado, y ya todo marchaba a la perfección, me preocupaba de todas maneras que estuviesen quebrándose las relaciones por dentro, que la confianza entre ellos no fuera la misma, eso de la convivencia, que siga bien me preocupa...
Te dejo otro cuento, para que sientas la ternura en tus ojos.
